Moi,
Espanja!
Escribo esta entrada
desde Verkko, el punto de información para jóvenes en el que trabajo martes y
miércoles.
Por
el momento, Minna, mi tutora, se está encargando de mantener informados a los
jóvenes que lo necesiten sobre cómo acceder a una escuela de formación profesional.
Lo hace porque, si están sin estudiar y sin trabajar, el gobierno les retira
cualquier ayuda que puedan recibir, así que deben hacer algo productivo con su
vida. En este caso, la idea es formarlos en alguna profesión, ya que la mayoría
de los que aquí vienen son chicas y chicos que dejaron el instituto hace mucho
tiempo o que están teniendo muy malas calificaciones en él y prefieren llevar
su vida por otro camino en lo que a estudios se refiere.
Considero
que lo que está haciendo mi tutora es una labor muy importante. En España,
sinceramente, creo que nos vendrían muy bien este tipo de apoyos para las y los
jóvenes, al margen de lo que se ofrece en colegios e institutos. De hecho, según
me explicaron al principio, aquí la ley los obliga a tener en todos los municipios
este tipo de centros.
Ayer,
hablando con Minna, pude comprobar finalmente las diferencias tan grandes que
hay en este sentido: primero, porque aquí es mucho más fácil formar una familia
y poder sacarla adelante (tienen reducción en los impuestos, ayudas por parte
de la administración, más tiempo de baja...); y, segundo, porque son
conscientes de que los jóvenes son el futuro del país y, por lo tanto, se
preocupan de cuidarlos. Lo mismito que en mi tierra natal, vamos. Pero esto ya
lo explicaré en otra entrada.
Cambiando
de tema, os cuento que esta semana está siendo muy tranquila y, teniendo en cuenta el
ritmo que hemos seguido hasta ahora, lo agradezco. El sábado fuimos a ver un
partido de ice-hockey del SaiPa contra un equipo de Helsinki y me encantó. Además
de que es muy entretenido, me pareció alucinante lo bestias que eran unos con
otros y que, aun así, no eran unos quejicas. Igual que en el fútbol, que parece
que están hechos de cristal los señores. Y, bueno, la música que ponían durante
el partido era una pasada: la inmensa mayoría eran grupos de rock que me
encantan. Después de eso, salimos a tomar algo y acabamos llegando al día
siguiente a casa a las tres de la tarde. Lo que en jerga española viene siendo un “me lié”, vamos. Así que,
obviamente, prefería que esta semana fuese tranquila.
También os
cuento que todos los días aprovecho para estudiar finés y, poco a poco, voy haciendo
mis progresos (aunque por ahora estoy estudiándolo por mi cuenta, porque aún no
nos han encontrado profesor). Me alegra ver que cada vez cojo más cosas en las
conversaciones y, muchas veces, aunque sea a grandes rasgos, me entero de lo
que están hablando.
El sábado
tengo que ir a Monari por la tarde, porque hay un festival de bandas de la
ciudad. Ya os contaré qué tal.
Un abrazo.
P. D.: Minna me ha regalado unos guantes que ha hecho especialmente
para mí. De hecho, me "engañó" para que yo escogiese la lana con la que los iba a
hacer (me dijo que no sabía cuál coger y que cuál me gustaba más a mí) y ayer
me los trajo. Ya os digo que aquí me tienen como a una reina.
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